Organizaciones ambientalistas, así como dependencias de gobierno, pidieron a los niños que de cara al Día de Reyes no manden su carta en globos de poliuretano, ya que contaminan, además algunos animales, tanto marinos como terrestres, los confunden con comida y se asfixian al tragarlos o se enredan.
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A pesar del daño al ecosistema, esto se considera una tradición en la ciudad, donde las ventas de globos podrían subir hasta 300%, según estimaciones de comerciantes.
A través de redes sociales, la Semarnat difundió una misiva firmada por los Reyes Magos en la que piden a los niños que “dejen su carta bajo el árbol, en un zapato o envíenla por correo. Todas serán recibidas y leídas”.
