El domingo 12 de mayo del presente año, la ciudad de Victoria de Durango registró un caso de feminicidio a plena luz del día.
Alrededor de las dos de la tarde, se reportó el hallazgo de una mujer sin vida en la tienda Coppel, ubicada frente a la Plaza de Armas. El cuerpo fue identificado, se trataba de Eva Liliana Montelongo Hernández, empleada de Coppel hace más de cuatro años.
La mujer fue encontrada sin vida tirada en el piso del baño por sus compañeros, quienes llamaron a los números de emergencia.
Al llegar los paramédicos confirmaron la muerte de la mujer. Advirtieron que se trataba de un homicidio violento, se encontraron varias señales de violencia en el cuerpo de la víctima.
La tienda generó indignación tras abrir sus puertas al día siguiente del asesinato como si nada hubiese pasado. La tienda se limitó a dar un pago de 100 mil pesos a la familia de Eva.
"Es un tema que se da entre dos personas, no es un tema de seguridad pública"
El Secretario de Gobierno Héctor Eduardo Vela Valenzuela afirmó que el caso de Eva Liliana no se trata de un tema de seguridad.
Por la tarde del lunes, cientos de mujeres se reunieron a las afueras de la tienda, manifestando clausurarla por seguir actividades laborales a pesar que haya ocurrido un asesinato en su propia tienda, estorperciendo y dificultando esclarecer los hechos y evidencias en la escena del crimen.
Ante la desesperación, un hombre rompió los vidrios de la tienda Coppel donde Lili fue asesinada. Seguido a la quema del inmueble por parte de los manifestantes.
Dante ya fue capturado y revelaron video proporcionado por la tienda donde se ve al asesino entrando a la tienda y más tarde saliendo con un pantalón sobre su cabeza.
La fiscalía de Durango informó que el sujeto la siguió hasta el baño, la sometió, golpeó y posteriormente la asfixió.
Liliana prestaba sus servicios en la tienda en el departamento de celulares mientras Dante trabajaba en un centro naturista a solo dos cuadras del lugar.
Cabe señalar, que la manifestación concluyó con la quema de la sucursal de Coppel del Centro Histórico de Durango, donde asesinaron a Lili, tenía por único propósito poner un altar en su memoria y clausurar, mediante una protesta silenciosa.