No cabe duda que barrer lodo es uno de los quehaceres que agotan la paciencia más rápido y para muestra un par de damas que en un dos por tres encendieron la mecha y comenzaron una pelea con escobas.
Las féminas limpiaban la calle cuando una salpicó intencionalmente a otra y entonces arracó la batalla, a la que se unieron un par más.
Dos de las aguerridas mujeres se tomaron de la cabellera mientras una tercera comenzó a golpear en repetidas ocasiones con el palo a una de ellas.
Al final, llegó la cordura y pese a dimes y diretes, cada quién tomó su camino.