Tres personas murieron quemadas este domingo en Chile, que tiene a seis de sus grandes ciudades bajo estado de emergencia tras masivas protestas estudiantiles por el alza de tarifas en el subterráneo que derivaron en un estallido social y actos vandálicos.
El caos en la capital chilena se extendió al aeropuerto internacional donde un par de aerolíneas chilenas suspendieron o reprogramaron sus vuelos y muchos pasajeros quedaron varados en ciudades como Lima.
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El presidente Sebastián Piñera anunció en la víspera la suspensión del alza tarifaria en el subterráneo de Santiago (de 21.40 a 22.16 pesos mexicanos) que rige hace dos semanas, pero la medida no calmó los ánimos entre manifestantes que extendieron las manifestaciones y actos vandálicos a otras ciudades.
Los desórdenes se extendieron a Valparaíso y Rancagua en la zona central, a La Serena y Coquimbo, por el norte, y a Concepción, 500 kilómetros al sur, y a decenas de otras ciudades.
Pese a la vigencia de un toque de queda varios suburbios de la capital chilena vivieron actos vandálicos y en la madrugada del domingo un incendio arrasó con un supermercado de San Bernardo, al sur de la ciudad, donde fueron encontrados los cuerpos calcinados de dos personas y una tercera con graves quemaduras murió en un hospital, informó la gobernadora de Santiago, Karla Rubilar.
A pesar de los patrullajes de militares y policías, Santiago vivió el sábado protestas generalizadas, saqueos a más de 60 supermercados y farmacias, destrucción de semáforos, daños a algunos edificios, y la quema de al menos cinco autobuses del transporte público.
El ministro de Defensa, Alberto Espina, dijo el domingo que más de 9 mil militares patrullan las calles de Santiago.
Esta es la peor crisis del segundo periodo de gobierno de Piñera, quien el domingo se reunirá con representantes del poder judicial y legislativo para analizar la delicada situación que vive el país.