Suellen de Souza no aguantó más el encierro. Luego de seis meses adoptando recaudos, la técnica en enfermería decidió que el domingo sería su primer día de playa desde el comienzo de la pandemia.
“Está semana hizo mucho calor... La verdad es que me dieron muchas ganas de venir”, dijo la joven de 21 años, quien llegaba a la playa de Ipanema, en Río de Janeiro.
Bajo un sol fuerte de mediodía, era difícil encontrar un espacio vacío en la arena. Delante de Suellen, miles de personas disfrutaban de un día de playa, convivían cientos de sombrillas, grupos de jóvenes jugando con pelotas y familias tomando sol, pese a la orden de la alcaldía que prohíbe permanecer en la arena
Todos ellos en un espacio comprimido y sin máscaras faciales: escenas de un fin de semana que desafiaba la existencia de una pandemia.
Con una curva epidemiológica que ha comenzado a retroceder, miles de brasileños exhaustos con las medidas de cuarentena por el nuevo coronavirus relajan cada vez más los cuidados y desbordan las playas como si la crisis hubiese acabado en un país donde su presidente Jair Bolsonaro ha minimizado la pandemia
Con más de 4 millones100 mil contagios confirmados y al menos 126 mil muertes por el virus, Brasil es el segundo país con los mayores números absolutos sólo detrás de Estados Unidos. El mayor país de Latinoamérica dejó atrás las últimas semanas una meseta de casi mil muertes que arrastró casi tres meses y tuvo una reducción en el número de casos.