Una jueza federal ordenó el viernes que el exintérprete de Shohei Ohtani, estrella de los Dodgers de Los Ángeles, reciba tratamiento por adicción a las apuestas.
Durante años, Ippei Mizuhara explotó su relación personal y profesional con Ohtani para saquear la cuenta bancaria del pelotero, indicaron los fiscales. Por momentos, Mizuhara se hizo incluso pasar por Ohtani ante banqueros a fin de robar cuantiosas sumas de dinero para sufragar apuestas y deudas.
Con un traje oscuro y una camisa de cuello blanco, Mizuhara ingresó en la corte. Llevaba grilletes, pero no esposas. La jueza aprobó la petición del abogado para liberarle los tobillos. Mizuhara se entregó el viernes previo a comparecer por primera vez ante el tribunal. Es acusado por un cargo de fraude bancario y enfrenta hasta 30 años de prisión de ser declarado culpable.
Otras condiciones de la fianza estipulan que Mizuhara no puede apostar, ni por medios electrónicos ni en persona. Tampoco puede ingresar en establecimientos de apuestas ni asociarse con alguna casa o persona dedicada a ello.
Igualmente, se le impedirá establecer contacto con cualquier víctima o testigo del caso en forma alguna. Se prevé que comparezca el 9 de mayo para que se le notifiquen formalmente los cargos. La audiencia duró unos 10 minutos, dentro de una corte repleta de periodistas, incluidos muchos de medios japoneses.
Los fiscales dijeron que no había evidencia de que Ohtani estuviera involucrado o anuente de las apuestas de Mizuhara, y las autoridades indicaron que el jugador, famoso por su talento como lanzador y bateador, está colaborando con los investigadores.
A Mizuhara no se le pidió declararse culpable el viernes durante la breve comparecencia ante el tribunal en el centro de Los Ángeles. Una denuncia penal presentada el jueves detalla el presunto esquema a través de evidencia que incluía mensajes de texto, registros financieros, y grabaciones de llamadas telefónicas.
Las ganancias de Mizuhara en apuestas totalizaron más de 142 millones de dólares, los cuales depositó en su propia cuenta bancaria y no en la de Ohtani. En tanto, sus pérdidas en apuestas acumuladas rondan los 183 millones de dólares – una pérdida neta de aproximadamente 41 millones de dólares.
