Instantes antes de que arrancara el partido entre México y Argentina, Lionel Messi recibió una petición inusual de parte del árbitro central, Ricardo Salazar, quien le pidió auxilio para activar el cronómetro del juego realizado en el AT&T Stadium.
Justo sobre la línea de la mitad del campo, el silbante estadounidense presentaba problemas para iniciar el conteo de minutos correspondiente al juego; inmediatamente, el miembro del colegiado solicitó ayuda a la Pulga.
Lejos de sentirse extrañado, el capitán de la albiceleste recibió instrucciones para luego poner en marcha el reloj del encuentro; en cuanto el problema quedó resuelto, el sudamericano respondió a Salazar con un gesto de aprobación