SALVADOR RODRÍGUEZ | IVÁN CAÑADA
Después de 2 años sin fiesta, Toluca vivió una tarde vibrante previo al duelo Final entre sus Diablos Rojos y los Xolos de Tijuana. Sin importar cómo ni cuándo, había que hacerse presente en el Estadio Nemesio Díez que dio la bienvenida a miles de fanáticos.
Vestidos con penachos, máscaras de diablos, con xoloitzcuintles en la mano, tambores, rostros tintos y una gama roja, blanca y negra pintando suelo mexiquense en espera de celebrar por undécima o primera ocasión la conquista del Campeonato.
Por la mañana, don Valentín Díez visitó y compartió el almuerzo con sus jugadores en el hotel de concentración, mientras que un custodiado hotel de los Xolos no daba pista de lo que el equipo estaba viviendo previo a esta Final.
Desde cuatro horas antes la fanaticada escarlata comenzó con los bailes y cánticos mientras que en buen número, aunque minoría, se hicieron presentes los Xolos desde Tijuana, que según reportes habían viajado en 20 autobuses.
La reventa estaba por los cielos, reflejo de la ansiedad que tenía la nación roja por ver a sus Diablos campeones. Un boleto que en taquilla había costado 600 pesos se estaba cotizando hasta en los tres mil pesos y había quien lo pagaba.
También hubo opción para tomar un refrigerio y qué mejor que choripanes al puro estilo choricero de los de casa, mientras fanáticos esperaban pacientes la llegada de sus equipos, los primeros fueron los tijuanenses y después los mexiquenses.
Estaba todo listo para la fiesta y después de dos años, bien valía la pena alentar al equipo por el que ayer dejaron todo en espera de sólo una cosa, levantar la copa y gritar a los cuatro vientos: ¡Somos Campeones!
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