Los Gallos volvieron a cantar ante unos Tiburones incapaces de atacar a su presa, incluso disminuida. No importó que el Querétaro jugara buena parte del partido con nueve hombres, los veracruzanos no tuvieron la creatividad suficiente para poder abrir una férrea defensa y detener las jugadas a balón parado. Al final se llevaron una derrota más, mientras se tambalea el puesto de Juan Antonio Luna como director técnico.
Fueron menos en el campo en cuanto a efectividad, pero más en cuanto a corazón, espíritu de lucha e imaginación. Los Gallos no se bloquearon mentalmente pese a las expulsiones de Isaac Romo y Gil Burón. Justamente lograron lo contrario al replegarse bien en su cancha, atacar con inteligencia y jugar con la desesperación de un equipo carente de ideas y de ganas de alejarse de una vez por todas de los últimos lugares de la tabla porcentual.
En la cancha no dominó el equipo que más tuvo el balón, sino el que supo qué hacer con él. En un inicio, cuando jugaban con 11 jugadores, los de Ambriz jugaban a placer, controlaban el esférico y generaban las primeras acciones ofensivas. La superioridad fue tal, que tan solo a los nueve minutos, Ricardo Jesús anotó el primero de la tarde para adelantar a su equipo.
Los problemas, sin embargo, no tardaron en llegar. Todo gracias a que Isaac Romo se excedió en revoluciones y se barrió sin medir su fuerza sobre Luis Sánchez para de manera inmediata ver el cartón rojo. En ese instante cambió el sentido del encuentro y no provocado justamente por iniciativa de los Tiburones.
La batalla siguió su curso ya con los Gallos replegados en su área y el Veracruz con el balón en sus pies, pero su mente lejos de generar algo productivo. Ya ni siquiera tras la expulsión de Gil Burón, quien arrolló a Reyna y Delgadillo no dudó en mandarlo a las regaderas.
Veracruz de repente se ilusionó, mientras el Querétaro parecía dudar por unos instantes de lo que iba a ocurrir. No pasaron muchos minutos para que los Gallos se dieran cuenta que la victoria no se les escaparía si jugaban con orden en la zaga y cerraban cada espacio. Si a eso le añadieron un tanto de Yasser Corona al 69', la confianza llegó a su tope, mientras que los de Juan Antonio Luna veían enterradas sus aspiraciones.
Querétaro volvió a ver cantar a sus Gallos, con tres puntos en el bolsillo y una batalla en la que hasta con menos efectivos supo ser más eficaz; el Veracruz, por su parte, no encuentra las respuestas y mucho menos un juego colectivo, mientras el descenso en la tabla porcentual empieza a generar dudas en el puerto.
