OMAR HERNÁNDEZ
La maldición del Cuauhtémoc fue enterrada por Ángel Reyna. Tuvieron que pasar 21 años para que Rayados ganara en el estadio de Puebla, por primera vez en torneos cortos. Conseguirlo no fue sencillo, por el contrario fue sufrido hasta el último minuto pues el cuadro regiomontano no lo pudo sentenciar cuando llevaba una ventaja de dos goles.
César Delgado adelantó a Monterrey y daba indicios de una victoria tranquila ante unos camoteros que tardaron en despertar en el encuentro. Más tarde, Aldo de Nigris aprovechó un titubeo del portero Víctor Hernández y remató suave, entre dos defensas, para marcar el 0-2 que presagiaba el término de la maldición.
La buena racha con la que había iniciado la gestión de Daniel Guzmán, como técnico de La Franja, se desmoronaba al compás de los festejos de los cientos de aficionados norteños que hicieron el viaje para apoyar a su equipo. Pero las malas noticias para Rayados comenzaron a llegar en el segundo tiempo. De Nigris ya no salió debido a una molestia muscular y los mejores momentos de La Franja en el partido comenzaron.
El timonel del conjunto local ingresó a Francisco Pizano por el Puebla en busca de otra idea sobre la cancha para que las cosas cambiaran. Y algo tiene el estadio de la angelópolis que hace difícil la victoria regiomontana. Como hace un año, ésta coqueteaba con llegar con una ventaja de dos goles que una vez más resultó ser engañosa. Aquel partido terminó con empate a tres tantos y Diego de Buen hizo regresar a los fantasmas esta vez.
Un tiro de derecha del mediocampista se coló por el costado derecho de Juan de Dios Ibarra para el descuento de los camoteros. Además, Jesús Zavala, otro elemento clave de los regiomontanos, también tuvo que salir de cambio por lesión.
El panorama oscureció más para los regios con el gol de Isaac Romo que empató el partido. Como en el duelo del año pasado, Romo impedía el triunfo de Monterrey nuevamente. Pero Ángel Reyna rompió con el hechizo, al fin, y con un tiro de derecha, cruzado, capitalizó la buena labor del cuadro regiomontano que se había aletargado unos minutos por las circunstancias adversas.
Puebla lo intentó de nuevo, pero ya no con la misma claridad y la afición regia finalmente pudo celebrar una victoria en la capital poblana.
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