Si bien el América vs Toluca no es considerado un clásico como tal, sí es un juego con una gran tradición en el futbol mexicano. Águilas y Diablos, dos de los clubes más ganadores del balompié azteca que se enfrentan el próximo sábado en el Coloso de Santa Úrsula, han protagonizado episodios memorables como la primera Final en Liguillas, así como humillaciones de proporciones históricas en la Liga MX.
Una de ellas tuvo lugar el 30 de agosto del 2009 en la cancha del Estadio Azteca. En el orgullo azulcrema estaba aún el recuerdo del 6-0 sufrido seis años antes en la Bombonera, por aquel memorable equipo rojo de José Cardozo y Vicente Sánchez. Era la hora de cobrarse tal afrenta.
Las playeras amarillas y rojas eran las mismas, pero los protagonistas eran diferentes. Aquel era el Toluca del Chepo, monarca un año antes, que llegaba como sublíder general con la leyenda del arco, Hernán Cristante, y el Bicampeón de goleo, Héctor Mancilla. El América venía de una gran crisis y Chucho Ramírez intentaba rescatarlos del abismo. Por lo menos ese día todo les salió.
La paliza comenzó desde el minuto 2 con un golazo de larga distancia cortesía del especialista Pavel Pardo. El tanto de vestidor desconcertó a los mexiquenses y brindó confianza a los azulcremas, que aumentaron la cuenta con diana de Esqueda al 20'.
El ánimo choricero se fue por los suelos y los de Ramírez empezaron a redondear la goleada con contragolpes. Salvador Cabañas, en su apogeo como americanista, firmó un doblete y Romagnoli añadió un autogol. 5-0 lapidario al descanso.
Al iniciar el complemento, los visitantes dejaron menos espacios en el fondo y las acciones se nivelaron. Un poco de suerte incluso les permitió poner el de la honra, en un tiro de Mancilla que fue desviado para dejar sin opciones a Memo Ochoa.
Cinco minutos más tarde, un penalti decretado por García Orozco le daba una nueva oportunidad a los escarlatas, aprovechada nuevamente por el chileno desde los once pasos.
Esto fue sólo el preludio del tanto más bello del encuentro. Al 76', Cristante salió del área y devolvió el esférico a medio campo ante la presión de la delantera americanista, pero para su mala suerte el balón cayó en los pies del Rolfi Montenegro, que no lo pensó dos veces, viendo el arco desprotegido le pegó de inmediato y enloqueió al Azteca con un sexto gol de alta manufactura.
Al 89', Chitiva regaló una genialidad y puso las cifras definitivas del partido: un 7-2 de escándalo. Venganza consumada. Este fue el antepenúltimo partido de Cristante con los Diablos Rojos, que un año después ganarían su última corona de Liga.
