El marco era inmejorable, pero no el marcador. El Estadio Olímpico Universitario lucía como hace no mucho, y cómo no si se trataba de un enfrentamiento más entre Pumas y América, pero ninguno de los dos pudieron pudo dañar a su enemigo con goles.
Conscientes de que debían dar un espectáculo digno de una rivalidad histórica, pero sobre todo que el orgullo iba de por medio, los jugadores de ambos lados atacaron. Del lado felino sólo Alustiza llegó a la puerta rival, mientras que los azulcremas tocaron la puerta, pero la primera la detuvo el portero Saldívar y la segunda pegó en el poste.
Al término de la primera mitad tuvieron que volver al vestidor sin goles, pero dejando como figura al arquero felino.
Miles de aficionados, de los que incluso una buena parte vio el juego de pie y apretada en los pasillos de la planta baja, pero ni eso evitó que ovacionaran cada una de las jugadas de universitarios y americanistas.
La segunda mitad dejó más emociones a los presentes. De nuevo Alfredo Saldívar evitó que Pumas saliera perdiendo, y aunque fueron los felinos quienes dominaron la parte complementaria no pidieron marcar.
Al final Pumas y América se quedaron sin goles, resultado que al final benefició a los de Coapa, pues siguen sin perder en Ciudad Universitaria.