El Getafe sorprendió en Anoeta y se impuso 1-2 a la Real Sociedad. equipo que está inmerso en una crisis profunda, que sólo tuvo fuerzas para aguantar en la primera mitad a un equipo madrileño que dejó al conjunto vasco y a su entrenador, Eusebio Sacristán, en una situación muy precaria. El mexicano Héctor Moreno jugó todo el encuentro.
El conjunto visitante intentó congelar el partido y las ideas locales, pero la Real comenzó a toda velocidad y Willian José, con un disparo a un poste y otra vez Oyarzabal, en clara disposición de marcar, pudieron hacer daño a los madrileños.
Fue el prólogo al gol que abriría el marcador para el conjunto vasco, ya que en el minuto 22 la Real cesó de amagar y no dar y Willian José, en una acción de oportunismo, marcó su gol número 13 en esta Liga y celebró por todo lo grande su convocatoria con Brasil para preparar el Mundial de Rusia.
Los seguidores donostiarras comenzaron a creer en la victoria, pero el equipo de Jose Bordalás fue creciendo a medida que se acercaba el descanso y, justo en el minuto 45, Djené estableció el empate con un excepcional remate de cabeza escapándose de la marca defensiva realista.
El Getafe dio un claro paso al frente al inicio del segundo tiempo y no tuvoría que esperar mucho para recoger el fruto a su juego e intenciones porque a los 6 minutos de la reanudación Ángel logró un gol de bandera, el duodécimo de la temporada, por una escuadra y tras adelantarse a toda la defensa blanquiazul.
El peor escenario para los donostiarras se abrió tras ese tanto y Anoeta estalló contra el director deportivo del club, Lorenzo Juarros. Los Txuri-urdines se vino abajo y los de Bordalás comenzaron a disfrutar y sentirse superiores.
El juego del equipo local se tornó plano, previsible y sus opciones no ya de remontar, sino de al menos arrancar un empate pasaron a la categoría de los imposibles porque la Real fue un manojo de nervios sin pegada alguna.
El Getafe, para minimizar riesgos, optó además por ralentizar el juego y defender con todos sus recursos, los que gustan y también los que disgustan a las aficiones locales, para vivir un cómodo final de partido.