Un gol de Mason Mount a doce minutos del final evitó otro tropiezo del Chelsea, vencedor del duelo ante el Fulham que disputó toda la segunda parte con un jugador menos por la expulsión del estadounidense Antonee Robinson.
El conjunto del cuestionado Frank Lampard, muy lejos de sus aspiraciones en la Premier League y alejado de los puestos europeos, dejó la mala racha en Craven Cottage ante un adversario anclado en la parte baja, en descenso, y que ya acumula siete encuentros sin ganar.
El Chelsea no mejoró ante el Fulham. Cercó la meta del francés Alphonso Areola pero careció de ocasiones claras y también de puntería. Lampard, que dejó en el banquillo a Tammy Abraham, a Callum Hudson Odoi y al alemán Timo Werner, tuvo que rectificar y recurrir a la terna para intentar enderezar la situación.
Abraham entró a falta de media hora y Hudson Odoi y Werner a quince minutos del cierre con el marcador sin goles y con una sensación de impotencia en el equipo Blue.
No podía el conjunto de Londres contra un rival menor, atrincherado y que jugó toda la segunda parte con diez futbolistas por la roja que vio antes del descanso Robinson por una violenta entrada.
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Respiró el Chelsea y Lampard gracias a Mason Mount, que aprovechó un balón que recibió desde la izquierda de Hudson Odoi para ejecutar un disparo desde la media luna, sin oposición, fuera del alcance de Areola. El gol supuso el reencuentro con el triunfo y la aproximación a la zona alta.
Frustrante la derrota para el Fulham de Scott Parker, anclado en el antepenúltimo lugar, a cuatro de la salvación que marca el Burnley.