Dado el potencial económico que tiene como país, Estados Unidos será sede de la Copa América Centenario quizá en el momento en que menor crecimiento ha exhibido a nivel de selecciones, por lo que sin duda será una verdadera prueba de fuego para su técnico, Jürgen Klinsmann.
El entrenador alemán cumple en este 2016 cinco años al frente del combinado de las barras y las estrellas y ha sido severamente cuestionado, debido en gran medida a que el funcionamiento del cuadro norteamericano no ha podido ir más allá de lo que la cultura y tradición deportiva de ese país marcan.
A su arribo, en 2011, Klinsmann tomó a una selección abanderada por la garra de Clint Dempsey, Michael Bradley y Landon Donovan, que dominaba a placer la Concacaf y también había dado algunas campanadas en las Copas del Mundo de 2002 y 2010, pero tras dejar fuera a Donovan del Mundial de Brasil 2014, los cuestionamientos comenzaron a llegar en cascada, pese a que logró la clasificación a Octavos de Final.
Los principales analistas de futbol de la Unión Americana cuestionaron más las formas que el fondo, tras haberse acostumbrado a una selección con mejor desempeño.
Hoy en día EU dejó escapar el pase a la Copa Confederaciones de 2017 y está sufriendo en las Eliminatorias rumbo a la justa de Rusia 2018, por lo que no trascender en la Copa América que disputará como local podría significar el golpe definitivo a la era Klinsmann.
