Un partido de auténtico bostezo se vivió al interior del Geoffroy-Guichard, inmueble que recibió a Eslovaquia e Inglaterra, par de equipos que nunca encontraron la manera de sacudir las redes a lo largo de los 90 minutos.
El poderío de media cancha no bastó para el equipo de la Rosa, que nunca logró habilitar de manera adecuada a Jamie Vardy de cara al marco; el goleador del Leicester fue voluntarioso, pero nunca encontró la contundencia necesaria.
Con el empate, el conjunto dirigido por Roy Hodgson tuvo que conformarse con el segundo puesto de la clasificación tras una pobre cosecha de un triunfo y dos empates; sin embargo, aún se mantiene invicto.
Rooney lo intentó, siempre voluntarioso, pero nunca con las condiciones suficientes para preocupar aL guardameta contrario, que respondió de manera adecuada cada que fue requerido.
Pese a que se añadieron cinco minutos, Inglaterra no fue capaz de lograr el gol que podría impulsarles a la cima del sector; el 0-0 les sentenció a los cinco puntos de nueve disponibles y un puñado de dudas.