De albañil a refuerzo de lujo del América. Cecilio Domínguez vivió una infancia complicada, en la que le ayudó a su papá en algunas obras en Paraguay, situación que no lo avergüenza.
“Al ver personas trabajando, me recuerda a mi papá que era albañil y me recuerda a mí, porque también le ayudaba a él, hacía cosas como ésa y nunca lo podría negar. Si alguien me pregunta, trabajé con mi papá con mucho orgullo. Algunas veces yo trabajaba así y gente importante no me saludaba y me sentía mal”, dijo el ‘10’ de las Águilas a Televisa Deportes.
Domínguez reveló que debido a sus conocimientos y habilidad para usar las herramientas de su padre, solía tapar algunos baches en compañía de sus amistades en busca de algunas monedas.
“Me iba con mis amigos, vamos a hacer esto, que era tapar los baches, íbamos con la pala, tirando arena, tierra y yo feliz. Si la gente pasaba le pedíamos moneditas, si nos daba, feliz de la vida y si no, pues lo aceptábamos”, reveló.
Respecto a su madre, Cecilio expresó sentirse orgulloso de que se desarrollara como costurera, debido a que ella era la encargada de confeccionarle su ropa cuando éste era un infante.
“Ella me hacía mi ropa y yo feliz de la vida, porque tenía ropa nueva. Ella hacía ropa para mi colegio, le ayudaba a muchas cosas. Recuerdo que la ropa que ella ya no usaba, yo la utilizaba como muñequeras. Veía lo que hacía y lo valoraba mucho”, finalizó.
NO SE SIENTE UN ÍDOLO
Con la motivación a tope tras debutar con gol, Cecilio no anhela convertirse en un ídolo del América, sino demostrar un buen futbol sin importarle que el dorsal ‘10’ lo portó Salvador Cabañas.
“Estoy contento, porque lo portó un compatriota y fue figura aquí. Obviamente uno quiere que se le quiera mucho, pero no me siento ídolo. No veo el número que tengo atrás, la gente dice que con la ‘10’ debo hacer muchas cosas, pero si tengo el ‘3’ o el ‘4’, igual”, indicó.