El exentrenador Arsène Wenger, quien ahora forma parte de la FIFA, criticó el domingo a las selecciones que trataron de hacer declaraciones políticas en Qatar 2022 alegando que en sus primeros partidos les faltó concentración.
Wenger señaló que los equipos que tuvieron un buen arranque estaban preparados mentalmente para centrarse en la competición y “no en manifestaciones políticas”. El extécnico del Arsenal no especificó a qué equipos se refirió durante un análisis de los partidos de la fase de grupos en un acto con periodistas organizado por la FIFA, en el que participó en calidad de jefe de Desarrollo del Fútbol Mundial.
Dinamarca y Alemania empezaron el torneo con mal pie. Los daneses empataron sin goles ante Túnez y los alemanes cayeron 2-1 con Japón.
Estaban entre las siete selecciones europeas que querían que sus capitanes luciesen durante el Mundial un brazalete multicolor como parte de una campaña holandesa por la diversidad y contra la discriminación para exponer el pobre historial de derechos humanos de la anfitriona.
Wenger, sin embargo, pasó por alto el papel del órgano rector del fútbol mundial, que evitó el asunto hasta horas antes del inicio de los partidos en cuestión y amenazó con mostrar tarjetas amarillas a quienes los usasen.
Compartiendo escenario con Wenger, la leyenda del fútbol alemán Jurgen Klinsmann destacó la exigencia mental que supone el torneo para los jugadores en Europa y ofreció una teoría distinta.
Klinsmann, que analiza los partidos para la FIFA, señaló que los futbolistas de las principales ligas europeos tuvieron una semana para preparar el Mundial, frente a las al menos dos habituales cuando se disputa en junio.
“Para los entrenadores, preparar un equipo con una semana es muy, muy difícil, obviamente”, afirmó Klinsmann, que participó en dos Copas del Mundo como seleccionador, con Alemania en 2006 y con Estados Unidos en 2014.
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