Durante la temporada navideña, se celebra la tradición de arrullar al Niño Dios, que conmemora el nacimiento de Jesucristo. Esta costumbre, originada en el siglo XIII en Europa, fue traída a México por los colonizadores españoles y se adaptó a las tradiciones locales, coincidiendo con la celebración mexica del nacimiento de Huitzilopochtli.
Con la evangelización, la tradición se transformó en la celebración del Niño Dios. Cada año, las familias católicas preparan el Nacimiento en diciembre, dejando vacío el pesebre para arrullar al Niño Dios en la Nochebuena, el 24 de diciembre.
¿Por qué se debe arrullar al Niño Dios?
El arrullo del Niño Dios es un ritual de amor y devoción que se lleva a cabo en la Nochebuena, simbolizando el cuidado y la protección asociados al nacimiento de Cristo. Durante este emotivo acto, las familias se congregan en torno al pesebre, entonando cánticos y oraciones mientras sostienen al Niño Jesús.
¿Cómo se debe arrullar al Niño Dios?
Las tradiciones de la celebración del Niño Dios, que incluyen vestir al Niño con atuendos especiales y crear un altar decorado. Se realiza el "arrullo", donde se cantan villancicos y se reza en familia, simbolizando el cariño hacia el Niño Jesús. Luego, se lleva a cabo una bendición, y se coloca al Niño en el pesebre o altar. La celebración culmina con la compartición de comida, como tamales, después del arrullo.