En China, un policía evitó una desgracia y salvó a un pequeño de dos años que jugaba en un carrito, en medio de una avenida repleta de autos.
Una cámara de vigilancia fue testigo de lo ocurrido y de cómo la mayor parte de los conductores sólo esquivaban al niño, en lugar de ayudarlo y alejarlo del peligro inminente en el que se encontraba.
El oficial fue alertado por algunos de los transeúntes, que caminaban por la calle como si se tratara de una escena común, quien se dirigió al pequeño y lo alejó de los autos.
Aún se desconoce que fue de los padres del infante; sin embargo, nunca prestaron la atención necesaria y, por momentos, la vida de su hijo pendía de un hilo.