Khalil Rafati estuvo a punto de morir en 2001. Vivía en la calle, era drogadicto y una sobredosis de heroína en una fiesta de Malibú, California, casi le cuesta la vida.
Tocó fondo y pasó dos años en la cárcel. Se esforzó para salir de ese agujero y cambiar su vida por completo. Quince años después, Khalil es un millonario hombre de negocios gracias al éxito de sus jugos caseros.
Su historia está en el libro ‘Se me olvidó morir’, con el que pretende ayudar a otros que hayan perdido la esperanza de triunfar.
En cuanto dejó las drogas, se dedicó a tener una vida saludable. Empezó a preparar jugos naturales para fortalecer a los pacientes de una clínica de rehabilitación.
Pidió un préstamo bancario para abrir su propio negocio. Con trabajo, ilusión y dedicación lo extendió hasta tener su propia cadena, SunLife Organics, con seis locales en Los Angeles.