Luis García
El Doctor une el amplio conocimiento deportivo con un estilo propio. Sus geniales comentarios que lo han hecho referente de la TV tienen también su lugar en nuestro diario.
Atlas: Fábula
Me cuesta trabajo cómo abordar lo sucedido con el Atlas, de entrada atino simplemente a señalar que es una locura, una canija maravilla, más de 70 años en la penuria, y de pronto, dos títulos espalda con espalda, una verdadera joya.
La pelota es capaz de gestar fantásticas historias como la de este Atlas Bicampeón, es de agradecer cómo de pronto el universo confabula para que sucedan cosas magníficas.
Sin duda, como en cualquier juego, existe el buen y mal fario, la circunstancia, la suerte, que la tuvieron, o más bien la provocaron, pero este proyecto está fincado en sólidas bases de gestión deportiva, humana y administrativa que los ha llevado a ser parte de la historia, obviamente del club rojinegro, pero del futbol mexicano.
En un lapso ínfimo de tiempo, se han convertido en referencia cuando no hace mucho eran víctimas de mordaces y crueles bromas.
Saber sufrir es una de las características de las grandes organizaciones, sin importar el giro al que se dediquen, resguardarse ante la inclemencia, sin dudar de sus valores y el rumbo que se quiere es primordial, y esta entidad lo hizo.
Vivimos en una época en donde la tecnología marca la pauta, pero hoy y siempre, será la correcta elección y el buen uso del recurso humano el que manda, el que hace la diferencia, resulta imprescindible para lograr conquistas.
Grupo Orlegi, encabezado por ti Alejandro Irarragorri, es el perfecto ejemplo de lo antes señalado, llevan a varios años bregando, aprendiendo, equivocándose y resolviendo galimatías en la linda y caótica selva que es el futbol mexicano.
Tienen implementados modelos de trabajo en toda la estructura que siguen sin miramientos, un buen o mal resultado no regula lo que hacen, establecen metas claras, concisas y medibles, y también son una organización flexible, ágil, capaz de modificar el rumbo con ligereza.
Son apuntados por el espinoso asunto de la multipropiedad, yo soy un convencido que el futbolista no se vende, no se regala, no entrega partidos en pos de otra institución, y también soy de los creyentes que el futbol mexicano debería tener más dueños como Grupo Orlegi, sin importar si tienen más de un equipo, no podemos obviar lo que son algunas improvisadas y fallidas franquicias que sufren en todos sus aristas, y que son incapaces de competir con mediana dignidad.
El otro tema del que son señalados es de que Iñigo Riestra quien es tu hermano Pepe Riestra, desde su trono de secretario general de la FMF, imparte órdenes para beneficiar al Atlas, baratas teorías de 'sospechosismo', diría el buen Santiago Creel, rupestres pamplinas que son capaces de inventar con tal de no reconocer cuando alguien hace bien las cosas, es trabajador, es exitoso y ganador.
Atlas es un halo de esperanza en todos los sentidos, un grupo de férreos y redondos futbolistas, profesionales a carta cabal, generosos, respetuosos con su oficio, bien comandados por un entrenador sobrio, sin dobles discursos, nada ruidoso, sin aspavientos, sin afán de aparentar como tú, Diego Cocca, y han sido capaces de desafiar a los grandes clubes que a base de plata buscan ser campeones.
Ojo, no demerito en ningún sentido, que existan empresas que financien a sus equipos a costa de profundas pérdidas económicas, cada quien sus cubas, pero aplaudo que existan organizaciones sanas, financieramente hablando, que se adaptan a sus recursos y que montan durísimos ejércitos capaces de vencer a quien sea, cosa que hizo el Atlas.
Se han convertido en un modelo a imitar, un rol a seguir, no sólo ganan, arrastran a otros a esforzarse a ser mejores, al que más es a las Chivas, su acérrimo rival que lleva extraviado varios semestres. Y de paso le vociferan al mundo de la pelota en nuestra nación que existen otras maneras de ser victorioso, que no sólo el abrir la cartera y gastar descomunales cifras.
Gracias al Atlas, por el poderoso mensaje que enarboló con su bicampeonato, se puede vencer desde abajo, desde la mesura, desde el trabajo minucioso y bien realizado, gracias de verdad carajo.