La rabona

Amigos de clínica de futbol dicen por ahí que: “Pegarle de rabona no es un lujo ni tampoco demostración de calidad, es simplemente como gritar que tu otra pierna no sirve para nada”.

Eso sí, el que hace una buena rabona luce bastante y va de lo normal a lo espectacular, pero yo también concuerdo con esa frase de Claudio Borghi, exjugador de Argentinos Juniors, Milan y Colo Colo.

Aún siendo uno de los jugadores que más rabonas hacía dentro de la cancha, esta habilidad es un grito desesperado de que no manejas los dos perfiles, cosa que deberían hacer todos y cada uno de los jugadores profesionales de futbol, porque eso son: ¡PROFESIONALES!

Por otro lado, el futbol aparte de negocio y deporte, también es un espectáculo, yo la verdad no soy muy fan de las rabonas por lo dicho anteriormente, pero a veces hay que disfrutar de ese tipo de jugadas, a veces hay que ser descarados e intentar cosas que otros no hacen, ¿a poco no?

Dentro de los principales ‘raboneros’ se encuentra el argentino Ángel Di María, y no me van a dejar mentir, pero por una que otra rabona que hizo con las Águilas del Benfica, llamó sorprendentemente la atención de todos, terminando en el Real Madrid y ahora formando una dupla de miedo con su compatriota Lavezzi en el cuadro galo PSG.

No tiene mucho tiempo cuando fuimos testigos de una joya de gol por parte de Érik Lamela de rabona para el Tottenham, que ganó 5-1 en la Europa League frente al Asteras.

Fue un golazo desde fuera del área, demostrando que el argentino no usa la pierna derecha ni para subirse al camión, pero también demostrando que tiene una zurda bastante educada.

Y aún más reciente en la Bombonera, Calleri, jugador de Boca Juniors, que nos regaló una pulcra y espectacular definición de rabona frente a Quilmes, una rabona de derecha, techando al arquero y dejando con la boca abierta al mismo Maradona que presenció el encuentro.

En fin, la rabona es un recurso que puede servir de mucho dentro del campo, pero hay que verlo como un ‘último recurso’ y no como un abuso.  

Los invito a que lo intenten si quieren verse como un jugador ‘diferente’, pero hay un riesgo, primero, si haces la rabona correctamente sólo das a conocer a los demás jugadores que la otra pierna no la usas y segundo, si no te sale la rabona, quedas en ridículo frente a todo el mundo.

Así que espero la practiques y de vez en cuando la uses en el juego, pero con la responsabilidad de usarla para el bien del equipo, no el tuyo.

Nos leemos en la siguiente columna, recuerden que los leo en mis redes sociales y también me pueden ver en mi canal de YouTube, nos leemos, bye.