El cuento de que el Repechaje fomenta la mediocridad en Liga MX pierde fuerza cada torneo, esta vez no sólo por el espectáculo de las series, sino porque avanzaron los mejores, a pesar de que dos estaban abajo en la tabla. Y se confirma una ley popular: no hay que llegar primero, sino hay que saber llegar.
El partido con la diferencia más amplia del torneo regular fue el único aburrido: Santos se confirmó contendiente ante un Atlético de San Luis desahuciado desde que sus dueños españoles buscaron venderlo sin éxito.
Puebla hizo buena su posición con estilo atractivo, gallardo, a pesar de su pobre plantilla, eliminó apenas a Chivas que aunque destacó por su filosofía ofensiva, se hunde en la mediocridad. Siempre pensé que Peláez era el mejor directivo en México, pero después que explicó que él decidió poner a Míchel y que lo ratificó para el siguiente torneo, hoy lo dudo con dolor.
Toluca se confirmó como la gran mentira del Apertura, con nueve sin ganar en fila no merecía estar en Cuartos, sucumbió ante unos Pumas que ocuparon la parte baja de la tabla la mayor parte del certamen, pero que necesitaron poco en el Infierno. Ante América serán víctimas.
Y el Campeón murió por las locuras de Reynoso, quien no visualizó que las extrañas rotaciones que le funcionaron tan bien a Cruz Azul el certamen pasado, no son para cualquier momento. Que siga buscando portería rival aún ganando por dos, es justificación para avanzar. Están los mejores, los que lo merecen, con un Repechaje emocionante.
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