El Tri nos hace sufrir de nuevo en el partido de vuelta contra Honduras. Cien minutos de tensión para que lograran el deseado empate global de 2-2. No se pudo resolver el partido en los tiempos extras y tuvimos que irnos a serie de penales muy controvertidos. Se logró la victoria que nos lleva a los cuartos de final de la Nations League de la Concacaf, lo que nos clasifica de manera directa a la Copa América 2024.
Al final del encuentro, el arquero mexicano Luis Malagón declaró: "Yo creo que le hacía falta un poquito de todo y hoy ha sido una gran noche, resaltar el esfuerzo de todos mis compañeros. Empatamos en el último minuto y eso te demuestra que nunca se perdió la fe”.
El mismo Jimmy Lozano, director técnico retomó la idea en conferencia de prensa: “Nos cuesta jugar en la Concacaf; no es fácil, a lo largo de la historia nos ha costado, pero no perdimos la fe y nos llevamos nuestra recompensa”.
En verdad podemos criticar lo que sea de la problemática de la Selección Mexicana y no podemos estar satisfechos. Sin embargo, al menos, los jugadores reflejaron la importancia de mantener la esperanza y la creencia de que las cosas pueden lograrse. Demostraron confianza en ellos mismos y sus compañeros hasta el último minuto.
Reflexionemos brevemente sobre la poderosa afirmación: “Nunca perder la fe”.
- En primer lugar, la fe actúa como motor de resiliencia. Se enfrentan desafíos y dificultades con una actitud positiva y la creencia de que se pueden superar los obstáculos.
- En segundo, en toda situación difícil hay lecciones qué aprender. Mantener la fe implicará que, a pesar de los desafíos, habrá oportunidades para el crecimiento personal.
- En tercer lugar, la fe puede ser un impulsor para buscar respuestas y trabajar hacia objetivos positivos. En lugar de concentrarse en los problemas, se puede tener un enfoque en soluciones.
- El cuarto punto es que compartir la fe con otros genera un sentido de comunidad y apoyo. Es reconfortante saber que no estamos solos y que hay personas dispuestas a ayudarnos.
- Por último, mantener la fe significa no perder de vista el panorama general y podemos enfocarnos con una perspectiva de metas a largo plazo. Lo que nos hará seguir esforzándonos por un objetivo superior.
Estimados lectores y lectoras, nunca perdamos la fe. Enfrentaremos partidos difíciles, pero sigamos siempre intentando dar lo mejor hasta el último minuto. Puede ser que tengamos que irnos a tiempos extras, incluso serie de penales, pero nunca nos derrotemos anticipadamente y busquemos en la más mínima posibilidad, alternativas para crear una oportunidad que nos dé el resultado esperado.
“Revitalízate, vuelve a la esencia de lo que te da el éxito”.