Título y excusas bien merecidas

Carlos Ponce de León

Carlos Ponce de León

Director de Marca, experto en futbol nacional e internacional. En su columna tendrás un análisis veraz y oportuno.

CARLOS PONCE DE LEÓN
| 20 Mayo, 2024

En resumidas cuentas, en este cruel futbol profesional, cada club consigue lo que se merece; sin embargo, sólo los que alcanzan el éxito lo reconocen. América y Cruz Azul tienen proyectos esperanzadores, las Águilas el mejor en lo deportivo, y La Máquina uno al fin ordenado y de efecto inmediato. En cambio, Rayados es tan pobre que sólo tiene dinero y Chivas está enfocado en seguir endulzando el corazón de sus seguidores.

El Campeón se instaló en la Final sin el futbol gourmet que llegó a practicar, pero es tan sólido su armado y la filosofía de juego que eso le basta. Y es de nuevo el favorito para poder repetir la corona. El América no tiene par en nuestro futbol, es amo y señor. Merecido.

Al fin otro grande estalló su potencial, gracias al orden que impuso la directiva, con el plan de Alonso y la estrategia de Anselmi, con el impulso en casa de una nación efervescente, con ganas de revancha ante el odiado rival. Si La Máquina no da la sorpresa en este Clausura con La Décima, será en el siguiente. Lo tiene merecido.

El refuerzo del año llegó para vender y vender, para enamorar a la afición, para ilusionarla, no para aportar en la cancha. Pero eso no le importa a Chivas, que no necesita títulos, sino seguir convenciendo a su afición de consumir, de ir al estadio, de apoyar, de llenar aeropuertos y hoteles. Para eso está el Chicharito, no para resolver la serie en un Clásico tan cerrado. Bien merecido para el Rebaño.

Y esta el Monterrey, que es tan pobre que sólo tiene dinero, y no sabe cómo invertirlo. El Tano Ortiz fue un entrenador de moda gracias al América, pero es un perdedor que convenció al desubicado Tato Noriega.

Y seguirá, a menos que convenzan a billetazos a Jardine. O a Anselmi, o a Larcamon, es decir, a cualquier entrenador que se haya puesto en tendencia. Rayados no tiene capacidad para brillar con luz propia, sólo con la que le consiga su abundante dinero. Merecido.

Y así, en la gran Final del Clausura, cualquiera que sea campeón lo tendrá bien ganado, mientras el resto de los que ya están eliminados seguirán construyendo más excusas, eso sí, bien merecidas.