Concluyó la primer experiencia del Tuca-Tri; seguramente, Ricardo habrá escarmentado ya lo que sabía que rodea a la Selección y por lo cual, probablemente, le dijo que no siempre.
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En lo deportivo debe haber concluido muchas cosas que le ayudarán a confrontar el partido que entrega boleto a Confederaciones.
México fue inteligente ante Argentina, aunque coincido al cien con lo que bien expuso Martino en su conferencia post partido.
“Si hubo un equipo que asumió el rol protagónico e intentó imponer condiciones, fuimos nosotros”.
Los pamperos son más que México. Entiendo la amargura que provoca el que te empaten de esa forma, comprendo la frustración del sentir que los tenían y no pudieron consumar un triunfo; pero encuentro fundamental que no se caiga en el análisis resultadista y perceptivo.
La forma en la cual México exhibió de nuevo su histórica falta de contundencia, genera que la gente, e incluso muchos colegas, consideren que el Tri debió ganar; no lo comparto.
Argentina fue el protagonista principal del juego, tuvo la pelota, impuso su juego y dominó al Tri.
Es cierto que los nuestros perdonaron goles cantados, también lo es que la mayoría emanaron de errores primarios del rival.
México sigue estando lejos de las potencias, es indiscutible que a los grandes les competimos, pero nada más no somos capaces de superarlos.
De cara a lo que se viene, la mala noticia para Ferretti será que su inteligente planteamiento contra Argentina, de nada servirá contra unos estadounidenses que históricamente te ceden la iniciativa y aniquilan vía la contra.
Cuando México debe asumir el protagonismo y es el obligado, la ideas se nublan y la capacidad para ser claros en el último tercio se inhibe por completo.
Sigo pensando que ir o no a Rusia 2017 es lo de menos, un año más tarde es la cita con la cual debemos soñar, pero antes debemos encontrar quién navegue un barco que deberá ser, por la clase de rivales y su invariable postura conservadora, agresivo, proponedor y capaz de potenciar el frente de ataque.
Tuca, ya lo vimos, es ordenado y domina a la perfección el planteamiento defensivo; sin embargo, cuando debe proponer, sus virtudes se desvanecen y suele sentirse incómodo.
Quien llegue, que lo haga ya y que por favor conciba el juego buscando siempre el arco rival; la eliminatoria lo exigirá.
