Los Angeles Chargers destituyeron el lunes al entrenador Anthony Lynn a menos de dos temporadas de haber llevado al equipo a los Playoffs.
Lynn es el sexto entrenador en jefe de la NFL despedido esta campaña, uniéndose a Bill O’Brien (Houston), Dan Quinn (Atlanta), Matt Patricia (Detroit), Adam Gase (Jets de Nueva York) y Doug Marrone (Jacksonville).
Los Angeles ganó sus últimos cuatro partidos para cerrar con marca de 7-9, lo que no alcanzó para que Lynn salvara su puesto.
Contratado por los Chargers en enero de 2017, Lynn se convirtió en el primer entrenador en jefe de raza negra de la franquicia.
Su foja en Los Angeles fue de 34-32, pero de apenas 12-20 en las últimas dos campañas. Le quedaba un año de contrato.
Los Chargers arrancaron 0-4 durante la primera temporada de Lynn en 2017, pero cerraron 9-7 al ganar seis de sus últimos siete partidos. Eso sirvió de trampolín para la temporada de 2018, en la que acabaron 12-4 para compartir el mejor récord de la AFC. Vencieron a Baltimore en la ronda de comodines antes de sucumbir ante New England en la Ronda Divisional de los Playoffs.
Pero no pudieron repetir ese éxito. Tuvieron foja de 7-16 desde el inicio de la pasada temporada en partidos que se definieron por ocho puntos o menos.
La plaza abierta en Los Angeles asoma como una de las más intrigantes. La franquicia se mudó al estadio SoFi esta temporada, y cuenta con un talentoso núcleo de jugadores, como el quarterback Justin Herbert, el running back Austin Ekeler, los wide receivers Keenan Allen y Mike Williams, el defensive end Joey Bosa y el safety Derwin James.
Herbert es el favorito para llevarse el galardón al mejor novato ofensivo de la liga tras establecer un récord para un debutante con 31 pases de touchdown.
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