Unos días antes de que la primavera menos colorida que se recuerde iluminara los cielos, Tom Brady sorprendió al mundo con la noticia de su arribo a Tampa Bay. Luego de 20 temporadas con los Patriots, a unos meses de cumplir 43 años y en una ciudad cuyo clima invita a vestir camisa floreada y beber una piña colada, su llegada a los Buccaneers parecía más un viaje de vacaciones que lo que se convertiría después: un nuevo hito en su ya de por sí legendaria carrera.
A su edad, cualquier otro jugador estaría retirado practicando golf (sobre todo en estas fechas en las que solo sobreviven los más competitivos) o pasando tiempo de calidad con su familia. Pero el egresado de Michigan ha sabido imponerse ante cualquier rival, así sea el dios del tiempo mismo, a tal grado que con la barba blanquizca por las canas y unas cuantas arrugas en el borde de los ojos, se rehusa a ceder su trono, y por el contrario, está a una victoria de prolongar su dictadura a un nivel en que incluso sus más profundos enemigos ya disfrutan su dominio.
De los 55 Super Bowls, Brady habrá participado en el 18 por ciento de ellos tan pronto se dé el kickoff inicial en Raymond James, donde por primera vez un equipo jugará como local en un Súper Domingo en la historia de la NFL, claro, iluminado por la incandescente luz del máximo ganador de todos los tiempos con seis anillos en los dedos. Ante los Chiefs comenzará su cuarto gran juego como titular en las últimas cinco temporadas. |
Y será su tercer juego por el Vince Lombardi entrado en los 40 años, cuando ningún otro mariscal de campo ha si quiera comenzado un Super Bowl a los 40. Buscará no solo prolongar sus récords de 33-11 en juegos de Postemporada y 6-3 en partidos por el título de la liga, sino también eclipsar otro logro de Peyton Manning, único quarterback en la historia con anillos de campeonato con equipos distintos.
En 18 temporadas como titular con New England, TB12 jugó en 13 Juegos de Campeonato de Conferencia. Con su liderazgo (ya con su capacidad física algo mermada) le bastó para impactar positivamente pese a no jugar un solo partido de pretemporada para poder adaptarse al sistema de Bruce Arians y aún así liderar al barco de los Buccaneers hasta el Super Bowl, un lugar casi desconocido para una franquicia que no estaba allí desde 2003, pero familiar para el hombre que probablemente estaría retirado ahora mismo si no fuera por su inquebrantable tenacidad y su obsesión por la perfección.
TAMBIÉN TE PUEDE INTERESAR: ALGUNAS GRANDES MARCAS NO SE ANUNCIARÁN EN EL SUPER BOWL LV.