Un juez federal frenó la suspensión de seis partidos impuesta por la NFL sobre el running back estrella de los Cowboys, Ezekiel Elliott, en un caso de violencia doméstica, lo que abre el compás para una larga batalla legal con la liga.
El líder de acarreos de la pasada temporada ya tenía la luz verde para jugar en la primera fecha contra los Giants de Nueva York antes del dictamen emitido por el juez de distrito Amos Mazzant.
Mazzant se mostró de acuerdo con el argumento esgrimido por los abogados del sindicato de jugadores de que Elliott no recibió una audiencia “fundamentalmente justa” en su apelación. El juez aceptó el pedido del gremio de otorgar de un mandato temporal contra la sanción de la liga.
Elliott fue suspendido por el comisionado Roger Goodell en agosto, luego que la liga concluyó que estuvo involucrado en varias peleas el pasado verano con Tiffany Thompson, en ese entonces su novia.
El jugador de 22 años negó las afirmaciones de Thompson en un testimonio bajo juramento durante una audiencia de apelación la semana pasada.
El negociador Harold Henderson rechazó la apelación presentada por Elliott para la suspensión el mismo día que la audiencia en la corte federal. Henderson concluyó que la NFL cumplió con su política de conducta personal al castigar al running back y rechazó toda afirmación de que los abogados de éste presentaron nueva evidencia en el proceso.
Mazzant falló que la decisión de Henderson de no permitir testificar a Goodell y Thompson ayudó al caso de Elliott a cumplir con las normas para que fuera presentado un mandamiento judicial.
"Su ausencia efectivamente privó a Elliott de toda posibilidad de tener una audiencia fundamentalmente justa", escribió Mazzant.