Carlos Figueroa, al igual que millones de habitantes de la Ciudad de México, toma el metro para llegar su trabajo, aunque su empleo no es tan usual: es el jardinero central y primer bat de los Diablos Rojos del México.
Para seguir sus sueños de ser un beisbolista profesional, el joven de 22 años tuvo que dejar su natal Hermosillo y desde hace tres temporadas está en la capital, donde ha tenido que adaptarse a la ajetreada vida del DF.
"Hacer un cambio radical de un día para otro para todos es complicado al principio, pero creo que te vas acostumbrado a la vida que se lleva aquí y se te va haciendo un hábito", dijo Figueroa a RÉCORD.
Desde su llegada con los Diablos en 2012, Figueroa optó por el Metro como principal medio de transporte, aunque a veces tiene que batallar con las clásicas 'horas pico'.
"Es una ciudad muy grande, una de las más grandes de todo el mundo, son bastantes personas las que hay; son horas en las que se pone tan lleno el metro y la mayoría de las veces no me toca con tanta gente", dijo.
"Ya me siento experto para andar en el metro, ya conozco bastante partes, me muevo casi a todos lados en el metro y si no, veo los mapas para ver por dónde me puedo mover", agregó.
A pesar de la gran temporada que viven los escarlatas y en especial él, Figueroa no es reconocido cuando aborda el metro como cualquier otro usuario, una situación que no le desagrada.
"La gente conoce poco a los jugadores, no se meten tanto de lleno, no se meten mucho, además les gusta más el futbol, y eso a veces es mejor para uno para andar más tranquilo", señaló.
Sin embargo, Carlos no esconde que sigue extrañando a su familia, quienes siempre lo han apoyado, y también el ritmo de vida tranquilo que hay en Hermosillo.
"Lo que más extraño es mi familia, verlos, mi casa, mi hogar, mi cama, todo, la tranquilidad más que nada", dijo Carlos, quien será una pieza clave para que los Diablos peleen el campeonato.