La sequía terminó. 23 años más tarde, la Fórmula Uno está de vuelta desde este viernes, en un renovado Autódromo Hermanos Rodríguez que busca salir bien librado del examen definitivo. Tras 15 meses de remodelación, el Gran Premio de México debe confirmar desde este viernes que su sitio en el calendario de la categoría reina es un imperativo.
El reto no es menor. La logística que demanda la F1 es colosal y el primer desafío es que todo marche según lo planeado; lo segundo será que las 300 mil personas que estarán en la Ciudad Deportiva durante este fin de semana tengan la mejor de las experiencias. Por último, pero no menos importante, está la pista: que el nuevo trazado permita el desarrollo de una carrera que destaque entre el resto.
Por lo pronto, la parrilla de la F1 ha aplaudido la renovación de un circuito que pinta para ser algo único.
“El diseño de la pista, por sí mismo, es único. Puede ofrecer gran competencia. Tenemos una de las rectas más largas, lo que generalmente beneficia... espero una gran carrera, lo que será enorme para los fans”, explicó Sergio Pérez.
“Han hecho un gran trabajo con el circuito, está muy bonito. Hice una vuelta corriendo y me gusta. Conocí el estadio de beisbol (Foro Sol), va a ser increíble, la atmósfera ahí va ser enorme”, apuntó el alemán Nico Rosberg. Precisamente el Foro Sol, con sus 30 mil espectadores alrededor de una sección de curvas lentas, es el ‘highlight’, el sitio que los pilotos ansían descubrir.
“Me sorprendió la cantidad de tribunas, especialmente la entrada al estadio. No tenemos nada así en la F1”, valoró el español Carlos Sainz.
“Me gusta esta idea de tener un tipo arena, un escenario, estoy seguro que va a entretener a la gente, y también para nosotros, cuando conduzcas y veas una gran multitud, me gusta la idea, es algo diferente”, añadió el brasileño Felipe Nasr, de Sauber.