¡Libertad! Fue lo que pregonó Andrade cuando salió de la WWE en marzo tras meses de ser una sombra para los creativos de la empresa, quienes no encontraron (o no quisieron darle) espacio para que el luchador de 31 años se desarrollara como superestrella. Ahora al oriundo de Gómez Palacio, Durango, no le faltan fechas, oponentes y oportunidades en el circuito independiente y su regreso a los encordados promete ser digno de su calidad.
Apenas se desvinculó de la empresa de los McMahon y El Ídolo ya estaba lanzando retos a diestra y siniestra a través de las redes sociales. L.A. Park y Psycho Clown fueron los primeros amenazados por Andrade quien lucía muy insistente en apostar la cabellera en tierras mexicanas. Con el paso de los días han salido fechas y carteles que presentan al excampeón de NXT como su figura estelar.
Los promotores se agilizaron y en menos de tres meses le han asegurado más presentaciones al mexicano que lo que hizo WWE en el último semestre del 2020. Los grandes nombres de la lucha libre nacional e internacional están pactados para hacerle frente a Andrade. Hijo del Santo, Carístico, Alberto el Patrón y Kenny Omega son los nombres a los que tendrá que enfrentar al Ingobernable a partir de junio sobre todo en Estados Unidos, en donde nuestra lucha libre ha tomado gran popularidad últimamente.
Una de las claves para su regreso a México era el hecho de no estar vinculado de manera directa a una sola empresa. Hoy Andrade tiene funciones de gran relevancia como el debut de Federación Wrestling en junio y su lucha por el Megacampeonato de AAA en Triplemanía XXIX ante Kenny Omega, considerado el mejor luchador en todo el orbe.
Es difícil rechazar la oportunidad de estar en WWE, lo que muchos consideran las Grandes Ligas de la industria. Sin embargo, Andrade ha confesado que lo que más le preocupaba era su edad y la escasez de oportunidades en la empresa de los McMahon. Un hecho insólito y pocas veces visto es que una superestrella se atreva a pedir su liberación, aún con varios millones de dólares en su cheque anual. Andrade se atrevió y hoy la lucha libre le da una segunda oportunidad.