Si eres corredor asiduo y, sobre todo, si has corrido largas distancias, como medio maratón o maratón, es muy probable que hayas pasado por alguna lesión que te haya obligado a dejar de correr. Seguramente has oído más de una vez que para estar sano y fuerte como corredor, no sólo se requiere correr, sino hacer entrenamiento alternativo, y más aún cuando estás lesionado.
Entrenadores, fisioterapeutas y corredores expertos te recomendarán siempre hacer otro tipo de ejercicio además de la carrera, como son los ejercicios tipo cross-training (elíptica, bicicleta, natación, etc.) y entrenamientos de fuerza, ya sea con aparatos de pesas en el gimnasio, practicando yoga o crossfit.
En la mayoría de los casos se requiere que te "encierres" un poquito en el gimnasio y dejes la libertad que te da el running por dos o tres horas a la semana. Esto es difícil de hacer si lo que más te gusta es correr, pero el entrenamiento alternativo es la mejor opción, siempre y cuando tu médico así lo indiquen.
¡Fuera dudas!
Estar lesionado de alguna parte del cuerpo es difícil para el corredor, pues siente que pierde algo que tal vez no vuelva a recuperar. ¡A un lado dudas y a ejercítarse!
Etapa de incertidumbre
01 Negación: Ante una lesión, la reacción inicial generalmente es ignorar la situación, sobre todo si te sientes mejor después de descansar unos días.
+ Lo que debes hacer: Ante un dolor persistente (que no disminuye al paso de los días o que, incluso, incrementa) es necesario que acudas al médico para obtener un diagnóstico que te ayude a entender la magnitud de tu caso y te guíe para superarlo. Además, te puede guiar sobre cómo mantener tu condición física con ejercicios alternativos.
02 Enojo: ¿Por qué me pasó esto justo a días de la competencia que tanto esperaba? Te enojas, sientes que eres el único que no está entrenando y que ese evento está arruinando tus planes. Te incomoda subirte a la bici o nadar, te parece que eso no contribuye a tu fuerza física.
+ Lo que debes hacer: Si tu condición requiere que dejes de hacer ejercicio de impacto, hazlo. Súbete a la bici o a la elíptica y monitorea tu frecuencia cardiaca. Procura llegar a la frecuencia que logras al correr, para seguir fortaleciendo tu pacidad cardiopulmonar.
03 Negociación: Querrás negociar con tu entrenador, doctor y fisioterapeuta para seguir corriendo al menos un poco.
+ Lo que debes hacer: ¡Haz caso a las indicaciones! Ponle atención a tu cuerpo y sigue las recomendaciones de los expertos. Si algo tienes que negociar, que sea mejor cuánto peso usar en un aparato de fuerza en el gimnasio. Fortalece tu abdomen y espalda, ejercita los músculos que sí puedes mover sin problema, de esta forma regresarás a correr más fuerte que nunca.
04 Depresión: Si el entrenamiento alternativo te aburre o no te motiva, probablemente no encuentres sentido en hacerlo y llegarás a este punto de tristeza por dejar de correr. Sentirás nostalgia por todas las fotos de medallas que suben tus amigos a Facebook.
+ Lo que debes hacer: Aceptar tu situación y cuidarte. La aceptación es el siguiente y último paso de las etapas de duelo al enfrentar una lesión.
05 Aceptación: Ya pasaste por negar tu caso, te enojaste, trataste de negociar, te deprimiste y llegaste aquí, ¡bienvenido! Si tu situación no es grave y te permite seguir entrenando (aun cuando no corras) tienes una gran ventaja. ¡Aprovéchala!
+ Lo que debes hacer: Si tu médico te lo permite y te lo recomienda, manténte activo. No hay nada mejor que puedas hacer por tu salud mental y física que mantenerte en forma, ganar fuerza y recuperarte cuidándote.