Después de tres años siete meses, la gestión de Alfredo Castillo Cervantes al frente de la Comisión Nacional de Cultura Física y Deporte (Conade) llegará a su fin tras un mandato que fue blanco de múltiples críticas y escándalos por su déficit de resultados y objetivos no logrados.
Castillo Cervantes tomó las riendas del máximo órgano rector del deporte mexicano en abril de 2015, en medio de suspicacias por ser el segundo dirigente que no estaba vinculado al ámbito deportivo y que, por el contrario, provenía de un mandato ineficaz como comisionado para la Seguridad y el Desarrollo Integral de Michoacán.
Recién asumido su cargo, el mandatario tuvo dos importantes retos inmediatos, pues los Juegos Panamericanos y Olímpicos, estaban prontos a celebrarse, lo que significaban poner a prueba su rendimiento dentro de la dependencia.
Sin embargo, los resultados no fueron los esperados, ya que en Toronto 2015, México logró 95 medallas (22 oros, 30 platas y 43 bronces) en contraste con las obtenidas en Guadalajara 2011, pues el conjunto azteca siendo local se consagró con 133 metales (42 oros, 41 platas y 50 bronces) bajo el mandato del exclavadista Jesús Mena.
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Pero Alfredo Castillo podía reivindicar a la Conade con el 'plato fuerte' que significaba Río 2016, pues la justa olímpica representaba altas expectativas para superar lo logrado en Londres 2012 (1 oro, 3 platas y 4 bronces) con Bernardo de la Garza al frente, pero la meta no se consiguió y México descendió 28 lugares en el medallero general sin sumar ningún oro.
La delegación tricolor terminó la justa en el lugar 61 con apenas 3 platas y 2 bronces, pero el resultado no fue uno de los rubros más criticados, sino todos los escándalos que la envolvieron desde el primer día de actividades en suelo sudamericano.
En un principio, la Conade fue señalada por la diseñadora mexicana María Luisa de Chávez, quien reveló el desaire por parte de la institución al rechazarle los trajes de la delegación mexicana para la inauguración por falta de presupuesto; sin embargo, el conjunto mexicano desfiló enfundado con lujosas prendas de Hugo Boss, por las que se habría gastado alrededor de 4 millones de pesos en contraste con los 375 mil pesos que solicitaba la diseñadora, pero el abismo apenas comenzaba.
Alfredo Castillo fue severamente cuestionado al ser captado con su pareja Jacqueline Tostado en el Estadio Maracaná donde se llevó a cabo la inauguración de la justa, debido a que su acompañante lucía el mismo traje de la marca alemana y con acreditación oficial, por lo que las dudas no se hicieron esperar sobre si el viaje de la mujer había sido financiado por la dependencia, lo que inmediatamente el mandatario desmintió, pero ni así pudo quitarse los reflectores de encima.
Tras la medalla de bronce que se colgó el pugilista Misael Rodríguez, el mandamás también causó indignación por 'adjudicarse' el logro del boxeador, cuando la Conade, al tener diferencias con la Federación Mexicana de Boxeo, supuestamente negó recursos gubernamentales lo que afectó la preparación de los deportistas.
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Asimismo, durante la competición, esta dependencia y el Comité Olímpico Mexicano se culparon mutuamente, luego de que el pesista Bredni Roque y el boxeador Elías Emigdi salieron a competir con uniformes parchados, pues argumentaron no haber recibido la indumentaria adecuada. Después salió la aclaración que esa situación se debió a no tener registradas las marcas deportivas que portaban los uniformes, pero, ¿de quién era esa tarea?.
Las críticas y escándalos no sólo envolvieron a la Conade en la máxima justa deportiva, sino que aunado a ello, y durante el mandato de Castillo Cervantes, se cuestionó constantemente la forma en cómo se estaba administrando el deporte nacional y cómo esto repercutió de manera directa en el desempeño de los atletas en las diversas competencias que se realizaron durante su mandato, exigiendo que los objetivos de la institución pronto se restablecieran y cumpliera para lo que estaba diseñada.
Sin embargo, uno de los eventos importantes en la administración de Castillo y buscó 'compensar' los bajos resultado, fueron los Juegos Centroamericanos y del Caribe de Barranquilla 2018, donde el conjunto mexicano cerró su participación en Colombia con 341 medallas (132 de oro, 118 de plata y 91 de bronce) liderando el medallero por encima de Cuba y el país anfitrión haciendo historia en esta competición.
Aunado a los pobres Juegos Olímpicos, se sumaron la demanda interpuesta por la atleta Paola Pliego ante la Conade y la Federación Mexicana de Esgrima en busca de resarcir los daños tras las acusaciones por dopaje que la dejaron al margen de Rio 2016, los fuertes señalamientos por la arquera Aída Roman por la falta de apoyo a los atletas, los enfrentamientos con el COM, el desvío de fondos y conflictos con Federaciones, la cancelación del Mundial de Natación en 2017, entre muchas otras problemáticas que mancharon el mandato de Alfredo Castillo.
Ahora, los ojos están puestos en la exmedallista Ana Gabriela Guevara que llegará a tomar el mandato de una Comisión Nacional de Cultura Física y Deporte herida, convirtiéndose en la primer mujer en presidir la institución en la nueva administración de Andrés Manuel López Obrador y aseguró que está en la búsqueda de reivindicar y desarrollar el deporte mexicano.
