Como si se tratara de una película de espionaje, desde deportistas hasta funcionarios de los más altos niveles de gobierno, además de miembros de la inteligencia rusa, están involucrados en el caso sistemático de dopaje ruso, así lo reveló el ‘Informe McLaren’, en donde se explica paso por paso la estrategia que se utilizó para encubrir el uso de sustancias prohibidas, principalmente en los Juegos Olímpicos de Invierno Sochi 2014.
El reporte apunta que antes de utilizar la sustancia dopante, los atletas entregaban una muestra de orina limpia que era almacenada en congeladores por autoridades rusas.
Posteriormente, los deportistas eran sometidos a un programa, impulsado por el gobierno, para mejorar su rendimiento a través de sustancias prohibidas.
De acuerdo con el reglamento, durante cualquier competencia oficial, el protagonista de la acción estaba obligado a dar nuevas muestras para que éstas fueran revisadas por un funcionario de control independiente, pero justo antes de que se examinaran, eran reemplazadas clandestinamente por las que habían sido guardadas con anterioridad.
La investigación reveló la participación del servicio de inteligencia ruso, quien se encargaba de realizar los procedimientos ilegales, es decir, sustraer los exámenes y luego reemplazarlos, haciéndose pasar por un ingeniero de alcantarillado.