La gimnasta costarricense Luciana Alvarado finalizó el domingo su rutina de suelo en la fase de clasificación de los Juegos Olímpicos, poniendo la rodilla en el piso, la cabeza hacia atrás y el puño derecho en alto.
Alvarado, de 18 años, explicó que el cierre de su coreografía es un homenaje al movimiento Black Lives Matter que se extendió por todo el mundo luego de que el afroestadounidense George Floyd fuese asesinado por un policía en Minneapolis el pasado verano.
Tras ejecutar la rutina en los entrenamientos el viernes, la gimnasta dijo que esperaba subrayar la importancia de la igualdad de derechos en un escenario global, y defendió que se trate a todo el mundo con respeto y dignidad.
“Porque todos somos iguales", afirmó. “Y todos somos hermosos e increíbles".
El Comité Olímpico Internacional ha implementado normas para tratar de limitar las protestas de los deportistas. Pero es poco probable que el gesto de Alvarado, que forma parte de su rutina artística, tenga repercusiones.
Su aparición del domingo será la única en el escenario olímpico: recibió una puntuación de 12.166 en suelo que no le permitió avanzar a la final de la disciplina.