La selección femenina de futbol de Estados Unidos volvió al podio de los Juegos Olímpicos tras su ausencia en la edición de Río de Janeiro y, aunque no fue el oro perseguido, obtuvo el bronce tras ganar con a Australia (3-4), con sufrimiento hasta el final a pesar de la ventaja obtenida al ritmo de Megan Rapinoe, que anotó un doblete, en el minuto 8 y el 20, en la hora de partido que disputó.
Un gol Olímpico en unos Juegos Olímpicos. Logro desbloqueado para la futbolista norteamericana. Genialidad al poco de empezar el partido para hacer el 0-1. Kerr logró igualar en el m.17 en un disparo fuerte ante el que la guardameta Adrianna Nichole Franch no estuvo bien y se le coló el balón por debajo del brazo derecho.
Australia tuvo en la cabeza de Kerr el 1-2, pero ahí sí le ganó la partida Franch despejando el balón a media altura. Y tan solo un minuto después, en el m.20, llegó un error garrafal en el despeje de Alanna Kennedy que aprovechó Rapinoe para hacer su doblete. Volea directa a la escuadra, un golazo que sumar a su primera maravilla.
Su compañera Carli Lloyd se ‘picó’. Quería su doblete también y lo logró, poniendo tierra de por medio que ya fue insuperable para Australia.
En el primer minuto de añadido de la primera mitad hizo el 1-3 en un mano a mano y tras salir del vestuario, en el m.51, volvió a imponerse a Teagan Micah, con un disparo por debajo de las piernas, para poner el 1-4. Y tuvo en sus botas el triplete, pero le anularon en el m.70 el tanto por un claro fuera de juego.
Antes, Australia intentó reaccionar, de cabeza, como durante todo el partido, pero fue insuficiente. Primero un gran testarazo cruzado de Foord en el m.54 ponía el 2-4. Cinco minutos después, Kerr estrelló un remate en el palo en un balón que se paseó por el área pequeña sin encontrar rematadora. Lo intentaron, pero nadaron para morir en la orilla.
Pusieron el miedo en el cuerpo a las norteamericanas gracias a un gran gol desde fuera del área de Emily Gielnik en el m.90, cuando el partido agonizaba y ya empezaban las celebraciones en el banquillo, pero un centro lateral que acabó sin remate a puerta fue el único acercamiento con peligro.
Bronce para Estados Unidos, que sabe a poco por las expectativas, llegando como campeona del mundo al torneo, pero que le hace volver al podio de unos Juegos Olímpicos nueve años después. Cuatro oros, una plata y dos bronces en su casillero.
Por su parte, el cuarto puesto conseguido por Australia supone igualar el mejor resultado en un torneo de futbol en los Juegos Olímpicos que consiguió el equipo masculino en Barcelona’92.