El regreso del joven quarterback, DeShaun Watson, será la motivación perfecta para que los Texans empiecen a soñar con preparar maletas y encaminarse -por primera vez en su historia- rumbo al Super Bowl.
Pero para emprender la jornada más importante de su vida y aspirar a su primer anillo de la NFL, primero tendrán que terminar como líderes de su División, lo cual no será nada sencillo, tomando en cuenta la gran temporada de Titans y de Jaguars, el ‘caballo negro’ de la AFC Sur.
Sin embargo, este es su turno para sorprender e ir más allá de la Ronda Divisional, misma que no han logrado superar en sus cuatro apariciones en Playoffs.
Y aunque en la campaña pasada igualó su segunda peor marca desde su llegada a la NFL en 2002 (4-12), este año Houston parece contar con las armas necesarias para convertirse en un serio contendiente al título divisional y un poco más.
Para ello confiará en la dupla promesa de Watson y DeAndre Hopkins, el regreso de su líder en la defensiva J.J. Watt, y el trabajo tan positivo que buscan hacer su entrenador en jefe, Bill O'Brien, y el nuevo director general Brian Gaine.