Dos días después de que los Minnesota Vikings le dijeran a su capitán defensivo, Everson Griffen, que no lo quieren de regreso hasta que se someta a una evaluación mental, se reveló que el juagdor saltó de una ambulancia que lo trasladaba al nosocomio.
Luego de una serie de problemas de comportamiento, el ala defensiva aceptó ser internado. Los paramédicos lo recogieron en su domicilio pero a mitad del trayecto el jugador se arrojó del vehículo por "miedo a que alguien le disparara".
Todo esto es consecuencia de una serie de hechos suscitados en días anteriores. De acuerdo a los reportes de la policía de Minnesota y las declaraciones de algunos directivos de los Vikings, Griffen ha presentado un comportamiento anormal durante las últimas semanas.
Má temprano en la semana, los extraños comportamientos del tres veces pro-bowler habrían tenido su cúspide cuando el jugador supuestamente amenazó con dispararle a alguien en un hotel de Minneápolis.
Tiffany Griffen, esposa de Everson, reveló que un sábado el jugador se levantó a la media noche y salió de cas sin decir nada (cosa que había hecho en otras ocasiones); sin embargo ahora el capitán vikingo no volvió sino hasta el miércoles. La pareja se encuentra enfrentando un posible divorcio.
Leslie Pico, director de desarrollo de jugadores de los Vikings,declaró que el jugador "realmente ha estado sufriendo en las últimas semanas" y que además tiene "paranoia" y recalcó que ha actuado sin sentido en ocasiones; sin embargo el mismo Pico aseguró que aunque 'el equipo quiere que el defensivo se someta a uan evaluación mental no hay razón alguna para pensar que Griffen es una amenaza para sí mismo o para los demás'.
Al final del incidente de la ambulancia, los paramédicos lograron convencer al defensivo de volver al vehículo. De acuerdo al periódico The Star Tribune, Everson Griffen se encuentra actualmente siendo evaluado en un hospital mental cuyo nombre no ha sido revelado.
