Aaron Rodgers se relamía los bigotes de imaginar cuál sería la nueva arma que los Packers elegirían para él en el pasado Draft. De pronto, Roger Goodell pronunció el nombre del quarterback Jordan Love para sorpresa de propios y extraños, pero sobre todo, del mariscal titular de Green Bay, quien de inmediato midió con cuatro dedos de su mano la cantidad de tequila que sirvió para que su ardiente textura arrancara el amargo sabor que dejó la decisión de su directiva en su garganta.
Pero lo que parecía una desgracia para Rodgers, se convirtió en el motivo que lo inspiró para firmar una de sus más destacadas temporadas, digna de adjudicarse el premio al MVP. El 2020 del pasador de 37 años fue tan excepcional que se convirtió en apenas la quinta vez en historia de la NFL en la que un jugador tuvo más de 40 pases de touchdown y un índice de pasador de más de 115; cada uno de los cuatro anteriores se convirtió en el Jugador Más Valioso, incluido el propio Rodgers.
A-Rod lideró la NFL con 48 touchdowns y un índice de pasador de 121.5 en un escandaloso año para él, que contrastó con el silencio que abundó en las gradas debido a la pandemia. Rodgers logró convertirse en el primer jugador en las últimas 10 temporadas en liderar la liga en ambas métricas, mostrándose cada vez más cómodo en el sistema de Matt LaFleur en su segundo año juntos, a pesar de la incomodidad de tener a Love pisando sus talones.
Pero después de los milagrosos tragos de tequila y un año magnífico, la hora de la verdad llegó para el pasador de los Cabezas de Queso. Tras una semana de merecido descanso a finalizar la temporada regular con foja de 13-3 para quedar como el mejor sembrado de la Conferencia Nacional, Rodgers y los suyos deberán sortear un reto tan complejo como cubo de Rubik, al tener enfrente a la mejor defensiva de la liga con Aaron Donald expulsando humo por su necesidad de derribar al mariscal y Jalen Ramsey como un ave a la caza del más mínimo error en los envíos de A-Rod.
Será el tercer juego de postemporada en la carrera de Rodgers contra la mejor defensiva contra el pase. Y de preferencia, Aaron no debería voltear a ver su historial en estas situaciones, pues perdió las dos últimas salidas contra equipos con el mejor dominio del arte de defender pases en el Juego de Campeonato de la NFC de 2014 en Seattle y en el Juego de Campeonato de la NFC 2019 en San Francisco.
Rodgers y los Packers se obsesionaron con recibir sus juegos como locales por una razón y esa es el frío de Lambeau Field, que particularmente ante un equipo de Los Ángeles jugará a su favor, sobre todo porque el mariscal Jared Goff tiene un índice de pasador de 34.5 en dos juegos por debajo de los 2 grados Celsius en su carrera, una cifra alentadora para los reyes del frío, que buscan de la mano de su estelar quarterback un segundo anillo tras el obtenido en el ya lejano 2010.
