El brazo derecho de Aaron Rodgers es un arma letal con la que es capaz de escribir una epopeya al nivel alcanzado por John Snow con su espada en la Batalla de los Bastardos. El quarterback de los Packers es un valiente guerrero cuya imponente mirada parece ir siempre un paso adelante de sus enemigos, al grado de poder someterlos sin importar cuan grandes sean, especialmente si se encuentra en su hábitat natural de la tundra de Lambeau Field.
Rodgers es un héroe de mitología y sus épicas batallas pueden ser contadas con la misma tesitura que un guión de Game of Thrones. A sus 37 años, el californiano está por librar una nueva guerra en busca de un segundo anillo para lucir en su mano, y qué mejor que iniciar el camino rumbo a la gloria que en casa, donde en seis partidos de Playoffs que ha jugado desde que tomó las riendas del ataque de Green Bay ostenta una marca de 4-2, porque contrario a su ADN californiano, ha sabido alzar un imperio entre castillos de hielo.
Históricamente, los Packers han sabido aprovechar las condiciones de Wisconsin a su favor, a tal grado que en Postemporada cuentan con un récord de por vida de 19-5 (17-5 en Green Bay y 2-0 en Milwaukee). Es por eso que este sábado ante los Rams, los Packers buscarán sacar provecho del factor de la localía en el juego de la Ronda Divisional en Lambeau Field, que aunque no contará con la hostil presión al rival debido a la pandemia, tendrá las condiciones climatológicas a su favor.
Además, los Cabezas de Queso lideraron la NFL en producción ofensiva con un promedio de 31.8 puntos por juego, mientras que Los Ángeles permitió la menor cantidad de puntos por juego con 18.5 unidades en promedio durante la temporada regular de 2020. El encuentro marcará el octavo juego de Postemporada entre la ofensiva con mayor puntuación y la defensa con mayor puntuación desde 1990.
La última ocasión que se enfrentaron en Playoffs ocurrió hace 19 años, el 20 de enero de 2002 pero en el Dome at America’s Center, donde los astados embistieron por humillante marcador de 17-45 a los Packers, sin embargo, la única ocasión que se vieron las caras en Postemporada en territorio empacador, sucedió el 23 de diciembre de 1967, cuando Green Bay se impuso por 7-28 en la que fue una de sus dos únicas victorias en Milwaukee en instancias definitorias.
Los tres últimos juegos de Gren Bay como local en la Postemporada fueron bien capitalizados al conseguir tres triunfos. Ante Seahawks hace un año, frente a Giants en enero de 2017 y contra Cowboys en 2015; mientras que para encontrar la última caída de los Packers en casa durante unos Playoffs hay que remontarse hasta el 5 de enero de 2014, cuando sucumbieron frente a su bestia negra, los 49ers, por lo que la localía tendrá su peso específico en este cruce.
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