Aaron Rodgers viajó a la zona de anotación para sentenciar la victoria de Packers (24-14) sobre los Bears y aprovechó la oportunidad de hacerle un recordatorio a la afición presente en el Soldier Field. Con mucha arrogancia y seguridad, el quarterback de Green Bay lanzó su mensaje. “Toda mi maldita vida me han pertenecido. Ustedes me pertenecen”, les gritó tras firmar su victoria número 22 ante sus acérrimos rivales y la decimosegunda en este recinto.
El vigente MVP de la NFL tuvo una gran tarde en su segunda casa con tres touchdowns totales, incluido el acarreo hasta las diagonales que firmó el triunfo. La acción de Rodgers despertó un sin fin de reacciones no solo en el estadio sino en redes sociales en donde hizo mucho ruido el despectivo discurso sobre la organización de Chicago.
“Lo amé”, dijo Aaron Jones en conferencia de prensa al final del encuentro. “Ese es A-Rod. ¿Qué puedo decir? Está en lo correcto”, añadió el corredor Green Bay. El mismo quarterback, con la cabeza más fría, describió uno de los momentos más icónicos en un siglo de rivalidad entre Packers y Bears.
“Miré hacia arriba en las gradas y en la primera fila una mujer me estaba haciéndome una doble señal con el dedo medio”, relató Rodgers. “Así que no estoy muy seguro exactamente de lo que salió de mi boca después”, se defendió. Sin embargo, los micrófonos en el terreno de juego inmortalizaron aquella escena.
Pese a que su relación no es la mejor, Matt LaFleur saltó a defender a su quarterback y capitán del equipo. “Escuchen, todo lo que tengo que decir es que hay muchas cosas que se dicen en el terreno de juego y nunca nadie las esucha”, dijo el head coach del conjunto de Green Bay.
Del otro lado, la acción de Rodgers no generó eco, no se le prestó la mínima atención. “Creo que nosotros nos preocupamos solo por lo que nosotros hacemos”, dijo el entrenador de los Bears, Matt Nagy. “No vi nada de eso o algo parecido. Para mí, la cosa más grande ahora es lo que podemos mejorar para ganar cada juego”, concluyó.
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