Colin Kaepernick lanzó el sábado pases durante unos 40 minutos en el campo de una escuela secundaria y procedió a firmar autógrafos para los cientos de aficionados que se congregaron en una de las zonas de anotación al observar la prueba para la NFL, una que inesperadamente cambió de lugar.
Fue una escena surreal. El quarterback que condujo a los 49ers de San Francisco al Super Bowl, uno que debería estar en la plenitud de su carrera a los 32 años de edad, entrenándose en la escuela secundaria Charles Drew, al sur de Atlanta.
“He estado en condiciones durante tres años”, dijo Kaepernick. “Me han dicho que no durante tres años. Todos sabemos el por qué. Hoy he venido y lo he demostrado frente a todos. No tengo nada que esconder. Estamos esperando por los 32 dueños, los 32 equipos, (el comisionado) Roger Goodell que dejen de huir, que dejen de rehuirle a la verdad, que no anden rehuyéndole a la gente”.
Kaepernick siempre ha insistido que todo el mundo que tiene la calidad para jugar en la NFL. Sostiene que ha sido vetado por arrodillarse durante el himno nacional para protestar contra la brutalidad policial y la injusticia racial, un polémico gesto que fue debatido hasta en la Casa Blanca.
Kaepernick no respondió a preguntas ante los al menos 50 periodistas que debieron movilizarse apuradamente a Riverdale para cubrir su entrenamiento, luego que inicialmente fueron al complejo de prácticas de los Falcons de Atlanta, en Flowery Branch, a 100 kilómetros de distancia.