Una eterna agonía fue como se sintieron los cinco minutos que tardaron en llevarse a Dak Prescott del campo la tarde que sufrió múltiples fracturas en su pierna izquierda ante los Giants. Toda la afición de los Cowboys estaban aterrorizados ante tan escalofriante imagen y luego de siete meses han podido recuperar el aliento con las palabras de su quarterback.
“Estoy sano. Si tuviéramos que jugar un partido ahora, siento que podría hacerlo”, dijo el mariscal de campo del equipo de Dallas tras volver a los entrenamientos de cara a la temporada 2021 de la NFL. “Obviamente con la protección de mi línea ofensiva y asegurándome que no me golpee durante la mayoría del juego”, detalló Prescott.
La realidad es que el pasador titular de los Vaqueros y hombre insignia de la organización estará presente en Tampa Bay cuando tengan que abrir temporada ante los campeones de la Liga, los Buccaneers. La evolución del veterano mariscal de campo respecto a su lesión ha sido muy positiva y su estado físico sorprende a casi ocho meses de su lesión.
En Dallas las expectativas siempre son altas, pero ver a Prescott entrenando con Tyron Smith y La’el Collins — sus guardaespaldas de confianza, que también están recuperándose de lesiones — aumenta la esperanza de la organización y sus fanáticos. El rostro de determinación en el pasador dista mucho de la imagen que se vio aquel 11 de octubre del 2020 en el que las lágrimas inundaron su cara.
“No estoy limitado ni restringido a hacer nada. Estoy listo para jugar”, dijo Prescott en conferencia de prensa. Su fragilidad dependerá de qué tanto sea golpeado durante la temporada y evidentemente esa faceta escurridiza del quarterback de los Cowboys ha quedado en el pasado ya que precisamente así fue como se lesionó.
