Una de las novelas más largas en esta temporada baja es la que protagonizan Dak Prescott y los Cowboys, en un estira y afloja que ya provocó que Dallas tomara una medida drástica. El egresado de Mississippi State recibió la etiqueta de 'jugador franquicia' y se convirtió en el octavo quarterback de la historia bajo ese tag.
Desde que en 1993 se implementó por primera vez, 11 veces (repartidas entre ocho jugadores) a un quarterback se le colocó el tag de franquicia, incluyendo a Prescott. Solo en dos de esos casos -Kirk Cousins con Redskins y Drew Brees con Chargers- jugaron una temporada bajo esa etiqueta y terminaron en otro equipo al año siguiente.
Del resto, únicamente Steve Young terminó su carrera con el equipo que lo etiquetó, los 49ers, y es el caso más exitoso junto con Peyton Manning en los Colts, pues son los únicos que ganaron un Super Bowl luego de haber sido etiquetados por el mismo equipo. Brees también fue ganador de un anillo de campeonato pero con un equipo distinto al que le colocó el tag, pues en 2005 los Bolts lo restringieron y ganó posteriormente en 2010 con los Saints.
Posteriormente, en 2012, New Orleans hizo de Brees el primer mariscal de campo en ser etiquetado por dos equipos distintos, una cantidad igualada por Cousins -cuando se convirtió en el primer pasador al que le colocan el tag en años consecutivos- en 2016 y 2017 por Washington.
Prescott firmó por escasos 450 mil dólares en su año de novato, pero tuvo un éxito inmediato al convertirse en figura y ahora, poder darse el lujo de pedir 45 millones para su nuevo contrato. Con la etiqueta, Dak será el séptimo mejor pagado entre los mariscales de campo la próxima temporada, siempre y cuando se mantenga en calidad de jugador franquicia para percibir 31.409 millones.
Por lo pronto, la novela de este verano promete regalar más episodios, mientras que el pasado y su huella, no auguran un desenlace favorecedor, pues históricamente, nombrar a un mariscal como jugador franquicia no resulta ser tan buena idea.
LOS QUARTERBACKS FRANQUICIA
1.- STEVE YOUNG
En el primer año que la NFL instauró la figura de jugador franquicia, fue el quarterback que estrenó el tag. Ese año recibió un total de 8 millones 250 mil dólares, su mayor sueldo hasta que en 1998 recibiera 9.5 mdd.
2.- JIM HARBAUGH
En 1996, los Colts le colocaron la etiqueta de jugador franquicia luego de haber tenido una temporada sobresaliente meses atrás, cuando consiguió ser seleccionado al Pro Bowl. Pero a partir de ahí, no volvió a tener una temporada ganadora en su vida.
3.- PEYTON MANNING
En 2003, el mayor de los Manning ya había sido electo al Pro Bowl en cuatro de sus cinco temporadas, por lo que los Colts no dudaron en colocarle la etiqueta con tal de protegerlo. En 2011 se repitió la situación contractual, pero Peyton se lesionó, por lo que no jugó con el tag y llegó a Denver al año siguiente.
4.- DREW BREES
Es el único QB que puede presumir de haber sido etiquetado como jugador franquicia por dos equipos, primero en 2005 por los Chargers (con quienes solo jugó su temporada bajo el tag) y más tarde en 2012 por los Saints.
5.- MATT CASSEL
Matt Cassel deslumbró al sustituir al entonces lesionado Tom Brady, por lo que los Patriots le pusieron la etiqueta de franquicia, con tal de sacar el mayor provecho posible a su QB sustituto. En 2009 pasó a los Chiefs, siendo el primer mariscal en no jugar con el equipo que le puso el tag.
6.- MICHAEL VICK
En 2010 logró un impresionante récord de 8-3 en su primera temporada como titular ante la lesión de Kevin Kolb, por lo que fue etiquetado como franquicia. Sin embargo, no volvió a correr con la misma suerte y dos años después fue enviado a los Jets.
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7.- KIRK COUSINS
Cousins y los Redskins se inmiscuyeron en una negociación que jamás llegó a buenos términos, por lo que Washington lo convirtió en el único QB en recibir la etiqueta en años consecutivos (2016 y 2017) para luego firmar con los Vikings.
8.- DAK PRESCOTT
Las negociaciones entre Dak y los Cowboys no han marchado por buen camino desde que el año pasado comenzaron a entablar pláticas en busca de lograr un acuerdo. Fue así que Dallas le colocó la etiqueta de franquicia, en espera de ganar tiempo, pero sin un buen augurio antemano.