Dak Prescott pudo estar hoy. En Dallas querían apresurar su regreso a la acción y tras su reaparición en el campamento del Equipo de la Estrella Solitaria se habló que saldría este mediodía ante Washington.
Pero el staff de coaches fue precavido y decidió darle más tiempo al quarterback para recuperarse de su lesión en el pulgar derecho. Ante ello, un hombre surge entre las trincheras para -por fin- retomar
el mando de la ofensiva de los Cowboys.
No, no es el suplente Cooper Rush, quien ha hecho buen trabajo, la responsabilidad tiene que recaer en un veterano como Ezekiel Elliott, quien tiene en los Commanders a su cliente máximo.
Zeke está en el límite de su carrera, en el punto exacto para seguir siendo una promesa que nunca explotó o un jugador a la altura de un equipo como lo son los Vaqueros. Cada temporada que pasa, el #21 ha
perdido brillo, pues sus números se alejan de lo que hizo en su temporada debut, en el 2016.
Ante ello, hoy puede ser el despertar del 'monstruo'. En su carrera dentro de la NFL, Elliott no le ha marcado más touchdowns a ningún equipo que Washington.
De momento, el corredor del conjunto texano registra 11 llegadas a las diagonales por la vía terrestre ante los ahora Commanders, mientras que su segundo 'hijo' son los Giants, con 10, seguidos de los Rams, con 6, y cerrando a los rivales del Este de la Nacional, Filadelfia, con 5.
"Me siento fresco", dijo Zeke mientras los Cowboys (2-1) se preparan para recibir a Washington en el AT&T Stadium. "No sé de qué otra manera explicarlo. Probablemente tuve más acarreos cada temporada de los que he
tenido en este punto. Pero mi cuerpo se siente realmente bien", añadió el #21, quien no cede la estafeta como el corredor estelar, pese al espectacular desempeño de Tony Pollard.