Y sí, resultó que los patos le tiraron a las escopetas. Justin Herbert se llevó la victoria para los Chargers en un duelo divisional que enfrentó a los dos últimos quarterbacks que la Universidad de Oregon ha dado a la NFL, esto tras la lesión en la ingle de Derek Carr en el primer cuarto.
El novato se impuso a su predecesor en un duelo que tuvo un gran dramatismo y que requirió de tiempo extra para definir al ganador. Herbert llevó a los Chargers a la zona de ‘goal’ y finiquitó las acciones con un quarterback sneak, rompiendo así una racha de 10 juegos sin ganar un duelo divisional desde diciembre del 2018.
El conjunto de Los Ángeles le dio a sus rivales divisionales su pase de salida de la postemporada y es que esta derrota condiciona al equipo de Jon Gruden, quienes estaban en la búsqueda de un sitio en los playoffs como comodín. Los Chargers aspiran a un auténtico milagro y aunque sus posibilidades son mínimas, le hicieron la maldad a los Malosos.
Herbert terminó el encuentro con tres touchdowns totales, dos por aire y uno más por tierra con el que dio por concluido el encuentro 30-27 a favor del conjunto de los Chargers que obtuvo su primera victoria en el Allegiant Stadium, nueva casa de los Raiders.
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El mariscal de campo del conjunto angelino se convirtió en el novato con más juegos de 300 o más yardas por pase en la historia de la NFL con siete encuentros, rebasando a Andrew Luck, quien en 2012 firmó seis encuentros con estos números. De igual forma, Herbert empató a Baker Mayfield (27) como el mariscal de campo con más pases de anotación en su primer año en la Liga.