La NFL tiene un nuevo y sumamente exclusivo club. Tom Brady recientemente inauguró el grupo de mariscales de campo con 100 mil yardas por aire en la historia, hecho que difícilmente se repetirá y que mantendrá en solitario el siete veces campeón del Super Bowl.
El veterano de 45 años consiguió su serie ganadora número 55 en su laureada carrera con un pase de anotación a las manos de Cade Otton, otro más de los héroes anónimos a los que Brady recurre en situaciones extraordinarias. El quarterback de los Buccaneers rompió el empate con Peyton Manning (54) en el rubro de series ofensivas para la victoria con el triunfo de los Bucaneros de Tampa Bay sobre los Rams de Los Angeles por 16-13.
Otton fue la respuesta la inoperancia de la ofensiva aérea de Tampa Bay durante casi todo el encuentro. Jalen Ramsey y el resto de la defensiva secundaria de Los Angeles neutralizaron a Mike Evans, Chris Godwin y Julio Jones, dejando al ala cerrada novato disponible para ponerse la capa de héroe. Con 44 segundos en el reloj, Brady logró conectar el envío con Orton instalarse en territorio rival y tras ponerse a una yarda de la zona de anotación, la dupla finiquitó la encomienda.
De esta forma Brady evitó caer por cuarta ocasión consecutiva en la campaña, algo que no sucedía desde hace 20 años cuando jugó su primera temporada como titular con los Patriots. Otton, su compañero de hazaña, tenía apenas tres años de nacido cuando Brady concretó la mala racha que estuvo apunto de igualar en casa ante los Rams.
“Lo necesitábamos, lo conseguimos. Peleamos hasta el final”, dijo Brady al final el encuentro. Pese a que los reflectores se los llevó el futuro miembro del Salón de la Fama y su pareja en la anotación, Todd Bowles, entrenador en jefe de los Bucs, destacó que fue “una victoria en equipo”.
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