SALVADOR RODRÍGUEZ
Para muchas personas, Muhammad Ali fue más grande fuera del ring que dentro, su incansable labor social le permitió llegar a otros estratos, combatiendo siempre por la justicia, la igualdad y el humanismo, llegando a latitudes que un boxeador común no hubiera llegado.
Tras su regreso de los Juegos Olímpicos de Roma 1960, Ali comenzó a luchar por los derechos de los negros. Alguna vez arrojó su medalla de oro al Río Ohio luego que no lo dejaran entrar a un restaurante por su color de piel.
El punto más importante en su vida fue cuando se negó a combatir con las Fuerzas Armadas de Estados Unidos en Vietnam al considerar que para qué peleaban tan lejos si en su propia nación la desigualdad era tan grave como el atrevimiento de pelear en apoyo al esclavismo en otras naciones.
Aunque recibió muchas críticas, Ali se mantuvo firme y ello provocó que millones de personas le siguieran al sentirse arropados por un gran Campeón del Mundo.
Tras su retiro y al desistir de una posible operación para tratarse del Mal de Parkinson, Ali y su gente decidieron reunir fondos para abrir el Muhammad Ali Parkinson Center en Arizona que brinda atención a enfermos de este Mal provenientes de todo el mundo.
Considerado además como Embajador de la Paz por la Organización de las Naciones Unidas, Ali fue clave para que el gobierno de Irak para pedir la liberación de algunos rehenes estadounidenses, de los cuáles fueron liberados 15.
Ali, además, se unió a un grupo de estrellas que combaten el hambruna en todo África a través de una campaña denominada ‘Save The Children’. Finalmente, diversos productos en la página oficial del Muhammad Ali Center son destinados para este tipo de causas.